El tema de la educación en derechos humanos tiene
vital importancia para el pleno desarrollo de los derechos humanos. De hecho,
el Plan Nacional lo concibe como eje transversal y factor impostergable, que
permitirá la creación y el mantenimiento de una cultura de paz, tolerancia y
respeto a los derechos humanos en todas las sociedades y culturas. De igual
manera, en el marco del Plan Nacional, se ha elaborado y aprobado el Plan
Nacional de Educación en Derechos Humanos, que sería impulsado por el
Ministerio de Educación, pero que requiere también el apoyo del nuevo Gobierno
para su ejecución.
Hasta la presente fecha, los anteriores Gobiernos han tomado el tema de los
derechos humanos como un aspecto coyuntural, y en algunas ocasiones, de manera
secundaria. La adopción de un Plan Nacional de Derechos Humanos ha sido un buen
comienzo para que el Estado tome conciencia de su más alto deber de respetar y
hacer respetar los derechos humanos, como lo manda la Constitución vigente. Sin
embargo, la adopción del Plan no es suficiente y se requiere un mayor
compromiso en su implementación y una política de gobierno y del Estado que
privilegie el respeto y cumplimiento de los derechos humanos en todos los
niveles: civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y colectivos y de
los derechos de los grupos más vulnerables y socialmente más postergados:
mujeres, niños, indígenas, negros, discapacitados, viejos, migrantes,
refugiados, detenidos, minorías sexuales, etc.